Durante 45 años, el Buda dio diferentes tipos de enseñanzas a una amplia variedad de personas. Tanto
las enseñanzas que dio como los estudiantes que las recibieron —y los practicantes actuales— pueden
clasificarse en tres niveles o diferentes tipos de budismo.
Theravada, la escuela de los antiguos
El Theravada ofrece enseñanzas sobre causa y efecto (karma), así como meditaciones pacificadoras
para crear distancia de los pensamientos y los sentimientos dificultosos. Al seguir estas
enseñanzas, también conocidas como “Camino Angosto” (Hinayana en sánscrito), surge el entendimiento
de que los pensamientos y los sentimientos no son personales, y esto nos da la oportunidad de actuar
de manera beneficiosa y de acumular karma positivo.
Estas enseñanzas se difundieron principalmente en países del Sudeste Asiático, incluidos Sri Lanka,
Tailandia, Camboya y Birmania. Hoy la “escuela de los antiguos” (Theravada en sánscrito) es el más
claro ejemplo de ese tipo de budismo, cuya meta es la liberación de todas las perturbaciones.
Mahayana, el Gran Camino
Las enseñanzas del Mahayana atraen personas cuya motivación principal en la vida es ser útiles a los
demás, lo que también se conoce como “actitud del Bodhisattva”. Las enseñanzas y meditaciones del
Gran Camino apuntan a incrementar gradualmente la compasión y la sabiduría. En este camino, una base
para el desarrollo es el entendimiento de la sabiduría de que el mundo es como un sueño, lo que
significa que podemos transformarlo por medio de nuestros pensamientos, palabras y acciones. Estas
enseñanzas budistas se difundieron mayormente en el norte de Asia —Japón, Vietnam, China, Tíbet y
Corea—. Por esta razón, a las escuelas del Gran Camino (Mayahana en sánscrito) se las conoce también
como “escuelas del Budismo del norte”. El objetivo en ellas no es solo liberarse, sino alcanzar la
iluminación completa por el beneficio de todos los seres. El Mayahana incluye las enseñanzas del
Theravada.
Vajrayana, el Camino del Diamante
Las enseñanzas del Buda conocidas como “Camino del Diamante” (Vajrayana en sánscrito) tratan sobre
la mente propiamente dicha. Estas enseñanzas directas que dio el Buda son para personas que tienen
un tipo especial de confianza: aquellas que comprenden que solo pueden percibir la perfección afuera
porque tienen la misma perfección innata dentro. En el Vajrayana, el Buda no se considera una
persona, sino un espejo de nuestra propia mente. Las enseñanzas apuntan de forma directa a las
cualidades perfectas de la mente. Por lo general, se conocen como el “tantra budista”. Después de la
destrucción del budismo en su tierra nativa, estas enseñanzas sobrevivieron principalmente en el
Tíbet. El Vajrayana también incluye las enseñanzas del Theravada y del Mahayana.